Stefan Bienz (SB): Después de graduarme en Zúrich (Suiza) en 2011, trabajé en las clínicas privadas de Andreas Grimm y Ueli Grunder/David Schneider. En ese momento, mi objetivo era terminar mi formación de posgrado y volver a una clínica dental. Luego, en 2015, Ronald Jung me ofreció un puesto como ayudante de investigación en la Universidad de Zúrich. Acepté su oferta, honestamente sin tener idea de la oportunidad que se me estaba brindando. Posteriormente y en combinación con el puesto de investigador, realicé mi formación de posgrado con Christoph Hämmerle y luego disfruté de una beca de investigación en la Universidad de Queensland (Australi) en el departamento de Saso Ivanovski. Desde entonces trabajo en la Clínica de Odontología Reconstructiva de la Universidad de Zúrich. Esto incluye la atención al paciente, los aspectos de la formación de grado y posgrado y la investigación.
SB: Como ya he mencionado anteriormente, siempre me había visto a mí mismo como un médico. Los primeros pasos como ayudante de investigación despertaron mi curiosidad. En ese momento, no sabía que me había unido a un grupo de investigación experimentado, fue una gran suerte. Hoy en día estoy muy agradecido de ser parte del grupo. En la universidad, no dejas de aprender y esto es a la vez motivador y gratificante. Hay mucho conocimiento disponible: metodología de investigación, estadística, redacción e histología, por mencionar solo algunas cosas. Después de quizás dos años, comencé a comprender que esta es una parte maravillosa del trabajo, en combinación con el tratamiento de los pacientes. Durante este tiempo también aprendí que me interesa más el aspecto biológico que el técnico. La combinación de la clínica y la investigación tiene ventajas y desventajas, por supuesto. Me siento muy cómodo con nuestro entorno y hace que cada día sea diferente e interesante.
SB: Este estudio tuvo como objetivo responder a la pregunta de si el zirconio se comporta de manera diferente a nivel de los tejidos blandos en comparación con el titanio en condiciones saludables y de mucositis. Los implantes de zirconio han llamado mucho la atención en los últimos años y el nivel actual de conocimiento afirma que funcionan de manera similar a nivel óseo y mejor a nivel de los tejidos blandos. Por lo tanto, consideramos la parte del tejido blando como relevante para el resultado del estudio. Este proyecto podría haberse realizado también con pilares de zirconio y titanio sobre implantes a nivel óseo. Pero al usar dos implantes de una pieza hechos de diferentes materiales, pudimos evitar sesgos como un microgap y obtuvimos geometrías similares en todas las zonas. Cuando miramos ahora este proyecto, nuestro grupo de investigación está muy orgulloso del diseño intrasujetos y también de la magnitud del proyecto.
SB: En resumen y dentro de un contexto más amplio, el titanio y el zirconio presentaron un resultado similar. De hecho, Abrahamsson y Welander demostraron anteriormente que el titanio y el zirconio superaban a otros materiales como el oro, las resinas y la cerámica de recubrimiento por lo que se refiere a la integración de tejidos blandos. Si bien los resultados fueron relativamente similares en condiciones de buena salud, hubo menos acumulación de placa y también menos sangrado al sondaje alrededor de los implantes de zirconio en presencia mucositis. Este fue un resultado clínico bastante evidente. Histológicamente, no pudimos dar una respuesta tan clara, lo cual precisaría de una reflexión más exhaustiva. Un dato interesante es que no encontramos diferencias en cuanto a la anchura biológica o la longitud del epitelio de unión, tal como indican los estudios preclínicos. Hubo grandes diferencias entre pacientes pero no entre los dos tipos de implantes.
SB: Teniendo en cuenta el presente estudio, mi primera elección desde el punto de vista biológico en cuanto al material a nivel de tejidos blandos es el zirconio. La prevalencia de la mucositis es relativamente alta. Por tanto, es bastante probable que un paciente con un implante desarrolle mucositis en algún momento. En esta situación concreta, el zirconio podría presentar ventajas. Sin embargo, también hay un aspecto técnico y, actualmente, los implantes de cerámica o los pilares de cerámica sobre implantes de titanio tienen ciertas limitaciones. Esto significa que, en la práctica diaria, no pueden ni deben utilizarse en todos los pacientes.
SB: Lo que aprendí en Zúrich es que debemos plantear interrogantes de investigación clínicamente significativos. Lo ideal es que nuestras propuestas de investigación surjan de problemas clínicos en la práctica diaria. Algunas de estas ideas de investigación también pertenecen al ámbito de las empresas que suministran piezas o materiales y, a menudo, están financiadas por la industria. Otras no lo están y, como no tienen la posibilidad de solicitar subvenciones proporcionadas por fundaciones, estas preguntas de investigación no pueden abordarse. Además, es esto lo que hace que la investigación sea más independiente. Esto es lo que considero más importante. Por supuesto, hay muchos otros hechos positivos, como la educación, la promoción y la creación de redes para jóvenes investigadores. El Premio André Schroeder de Investigación es un maravilloso reconocimiento al arduo trabajo de nuestro equipo y estamos muy orgullosos de este logro.
SB: La integración de los tejidos blandos se ha convertido en un tema importante en el campo de la Implantología. Desde mi punto de vista, esto está relacionado con dos áreas en las que estamos tratando de mejorar la perspectiva clínica. Esto incluye, por un lado, las adaptaciones quirúrgicas de los tejidos blandos, y concretamente nos centramos en el uso de materiales de sustitución. Por otro lado, está fuertemente conectado con el ámbito protésico, englobando perfiles de emergencia, materiales y conexiones y nuevos flujos de trabajo reduciendo las intervenciones.
Los premios André Schroeder para la Investigación Preclínica y Clínica se conceden anualmente con 10.000 francos suizos para cada ganador. El Premio de Investigación André Schroeder se concede a investigadores independientes por el avance de la investigación y el desarrollo en el ámbito odontológico. El objetivo es promover nuevos descubrimientos científicos en Implantología, regeneración de tejidos orales y otros ámbitos relacionados. El premio se concede en honor del difunto profesor André Schroeder (1918-2004), presidente fundador del ITI, que fue pionero en la Implantología y cuya obra contribuyó significativamente a la odontología moderna. Más información en www.iti.org/research/andre-schroeder-prize