En mi opinión, la inteligencia artificial (IA) ya ha comenzado a remodelar los flujos de trabajo de formas profundas y matizadas. Hoy en día, las herramientas basadas en IA mejoran la eficiencia, la productividad y la previsibilidad de la práctica diaria. Con la IA, se podrían lograr resultados satisfactorios en la identificación y clasificación de patologías dentales en imágenes digitales. La planificación del tratamiento podría revolucionarse mediante la segmentación CBCT asistida por IA, reduciendo el tiempo de preparación y manteniendo la precisión. La interpretación radiográfica podría mejorarse incluso en situaciones difíciles, como las que implican artefactos metálicos. La identificación de implantes podría ser más fácil y se podrían facilitar la planificación automática de implantes, el diseño de guías quirúrgicas y las cirugías mínimamente invasivas. El diseño de sonrisas basado en IA podría mejorar la aceptación del tratamiento y la comunicación a través de vistas previas estéticas instantáneas. El diseño de restauraciones podría realizarse con mayor eficiencia en el tiempo y con mejores resultados funcionales y estéticos.

Considero que los avances más prometedores se encuentran en la integración de la IA con la realidad aumentada para la navegación quirúrgica, la tecnología de biosensores para la monitorización en tiempo real de la salud periimplantaria y el avance de la odontología personalizada, predictiva, preventiva y participativa (odontología P4). En el futuro, la IA podría ofrecer recomendaciones para la planificación del tratamiento basadas en la clasificación SAC.

“Las innovaciones en IA no sustituirán la experiencia clínica, sino que mejorarán la eficiencia del flujo de trabajo clínico, la gestión de la práctica y la toma de decisiones”

Considero que la IA está transformando nuestras vidas y que el acceso al conocimiento ya no es una limitación. Las innovaciones en IA no sustituirán la experiencia clínica, sino que mejorarán la eficiencia del flujo de trabajo clínico, la gestión de la práctica y la toma de decisiones, al ofrecer datos objetivos que complementan el criterio clínico y reducen las complicaciones. La integración satisfactoria de la IA requiere equilibrar el entusiasmo tecnológico con el discernimiento clínico. Los médicos deben ser conscientes de las limitaciones actuales de la IA y reconocer en qué aspectos la asistencia tecnológica debe ceder ante la experiencia humana.